FXCollaborative estableció dos objetivos para el diseño del Museo de la Estatua de la Libertad: 1) Crear un edificio que mejore la experiencia de la isla para todos los visitantes, y 2) Extender y ampliar el espacio abierto de la isla, que es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO y hogar de un amado monumento internacional.
El Museo de la Estatua de la Libertad es un pabellón de jardín que está diseñado para dar la bienvenida a todos los visitantes de todas las edades, nacionalidades y etnias. Se encuentra en el extremo norte del centro comercial peatonal formal de Liberty Island, frente a la Estatua de la Libertad y ligeramente alejado de ella. El museo ancla el eje principal que conecta el Museo con la Estatua, y lo extiende a través de una amplia escalera de granito que conduce a su cubierta. La experiencia del visitante culmina en una espectacular azotea de granito que ofrece vistas sin obstáculos de Lady Liberty, el horizonte de Manhattan y el puerto de Nueva York.
El diseño evita la formalidad en favor de un diseño asimétrico que abraza su dramático escenario y cambia de forma a medida que los visitantes se mueven en él, sobre él y a su alrededor, en la medida en que la idea de libertad es un concepto diverso y pluralista. El plan angular del proyecto y la rica variedad de espacios permiten a los visitantes disfrutar de una amplia vista de la isla y del puerto de Nueva York. Su expresión dinámica se inspiró en la irregularidad del borde del agua, así como en la geometría de la plaza circular del asta de la bandera. La forma resultante crea un contrapunto visual a Fort Wood en la base de la estatua, que sostiene el extremo del centro comercial. Tanto el Fuerte como el Museo tienen rincones agudos; mientras que el Fuerte gira hacia adentro, el museo irradia hacia afuera, celebrando la libertad.
Fusión de la construcción y el paisaje. El diseño fusiona la construcción y el paisaje. El edificio responde al trazado de la isla, que se basa en la tradición francesa de los jardines formales, y establece un paisaje naturalizado que se «eleva» por encima del centro comercial formal. Sus escalones, terrazas y techo extienden el parque y la explanada perimetral por encima del nivel del suelo para llevar a los visitantes al sitio, creando un nuevo ambiente para que puedan ver, descansar y hacer picnic.
Los techos plantados incorporan vegetación nativa que súper aísla el edificio mediante la captación y filtrado de aguas pluviales. Alrededor del edificio, los terrenos están sembrados con pastos nativos de pradera que crean un hábitat natural para la vida silvestre y las aves migratorias. La elevación del edificio por encima de la planicie de inundación de 500 años previene los daños causados por eventos climáticos extremos, como el huracán Sandy, que apagó la energía eléctrica en la isla en 2012. El museo surge como una nueva geología profundamente integrada con la naturaleza.
Fuente: archdaily