La reconstitución de la línea temporal muestra que, de hecho, no estamos ante un edificio, sino ante dos edificios que se han convertido en un único edificio. El edificio inicial puede haber sido construido a finales del siglo XIV o XV. Seguramente, sólo pudo ser erigida después de la «apertura» de la Rua Nova, o Rua Formosa (ahora Rua do Infante), ordenada por D. João I (1357-1433). Durante la época de «almadino» ganó esta fachada neoclásica. En el siglo XX, la pareja de Carlos Loureiro y Padua Ramos diseñó una escalera modernista de extrema elegancia. Cuando se trataba de nosotros, todo lo que teníamos que hacer era respetar todas estas capas que habían encontrado un equilibrio notable allí. Era un banco. Antes de eso, había muchas cosas: oficinas, compañías de seguros, almacenes. La casa de alguien en los primeros días. Ahora es un hotel. No sabemos mañana.

Sabemos, sin embargo, que quienquiera que venga a continuación, seguirá siendo capaz de reconocer esta línea de tiempo en el edificio. Y si todo va bien, no te darás cuenta de que estuvimos allí. El edificio para el que se ha desarrollado este proyecto de rehabilitación está situado en el Centro Histórico de Oporto. El edificio existente tiene dos frentes. La principal está dirigida a la Rua do Infante Dom Henrique y la segunda al edificio vecino, Alfândega Velha o Casa do Infante (año de construcción: 1325), donde actualmente funciona el Archivo Histórico Municipal de Porto. Nuestro edificio está situado en ángulo con la torre de la primitiva «Alfândega» (casa de encargo), aprovechando su muro de piedra.

La propuesta se basaba en la preexistencia, la caracterización física del edificio y el nuevo programa, que prevé el mantenimiento de la función de servicio, pero ahora como una unidad hotelera de 4 estrellas. Debido a que se trata de un edificio en uso, su estado de conservación relativamente bueno nos permitió pensar en una intervención de baja intrusión, utilizando las modificaciones realizadas durante el siglo XX, a saber, la introducción de losas de hormigón.

Se realizó una lectura crítica de las diferentes capas históricas incorporadas al edificio y se adoptaron soluciones para una transición fluida de la función «banco» a la función «hotelera». El principio rector era añadir elementos sin comprometer la presencia de los distintos estratos históricos y hacerlo para garantizar la reversibilidad de la intervención. En general, se conservaron las fachadas, la estructura principal de mampostería de piedra y todos los elementos decorativos originales, incluyendo algunas inscripciones de acrónimos medievales grabados por los albañiles.

También es posible ver un arco que se remonta al edificio original y una escalera del siglo XIX que se pretende conservar, formando parte del espacio multifuncional diseñado en esta planta. Fue elegido para preservar, por su valor arquitectónico, la escalera introducida en los años 70. Los cambios se refieren esencialmente a las divisiones interiores y a la organización del espacio para acomodar la nueva función. También se mejorarán las condiciones de confort adaptándolas a las necesidades de la función hotelera.

Fuente: archdaily