Con el objetivo de crear un nuevo espacio de aguas termales en el edificio preexistente del Hotel Balneario Termes Victòria de Caldes de Montbui, propusimos entrar en los espacios creados hace unos 250 años, y utilizados históricamente para el depósito del agua termal original y del agua termal refrigerada para el uso principalmente curativo y de bienestar de las personas. Su función de depósitos siempre los había dejado ocultos al visitante y su descubrimiento fue clave para decidir que era un lugar cautivador para mostrar y convertirlo en un espacio único para el disfrute de los sentidos. En los espacios de los antiguos yacimientos y también en parte en la tradicional galería de baños, se han ubicado las diferentes piscinas, cada una con alguna característica diferente de la otra, pero todas ellas creadas con el fin de relajarse y disfrutar de las propiedades mineromedicinales del agua termal milenaria.

Con la voluntad de ser lo más neutrales posible, elegimos preservar la huella de los diferentes períodos históricos que el espacio ha experimentado. La piedra original, la fase de los muros cubierta con la conservación de la marca de agua y el período actual en el que se pueden leer claramente los elementos y materiales contemporáneos. La piedra blanca que cubre la mayoría de las superficies nos trae el recuerdo de las bañeras que todavía hoy se utilizan en el tradicional balneario termal. Especialmente intenso e interesante para nuestro equipo y también para la propiedad fue todo el proceso de descubrimiento, la recopilación de datos, la redacción del proyecto, el trabajo y el estudio de todos los factores sensoriales.

La peculiaridad es que en el momento en que decidimos trabajar en el interior, los depósitos siguen en uso y están llenos de agua. Esto nos obligó a hacer datos muy precisos en muy poco tiempo, sabiendo que no podríamos acceder allí de nuevo después de un año, al comienzo de los trabajos. Durante la redacción del proyecto también descubrimos la existencia de un gran arroyo que recoge gran parte de las aguas de Caldes y que discurre exactamente debajo de la galería principal, y en el que se ha ubicado una de las principales embarcaciones. Finalmente, la ejecución, mientras el edificio del hotel estaba en pleno uso, nos obligó a realizar con una coordinación muy cuidadosa para minimizar los efectos negativos de la obra sobre los usuarios del establecimiento. En el resultado final se percibe toda esta intensidad y cuidado en las obras y en los detalles, y es un espacio que invita a verlo pero sobre todo a vivirlo.

Fuente: archdaily

Imágenes de Ferran Robusté Cumplido para archdaily