Hoy os presentamos la villa Stgilat Aiguablava, diseñada por el  estudio de arquitectura Cloud 9, con Enric Ruiz-Geli  al frente. Gracias al equipo de comunicación de Pati Nuñez Agency y al propio despacho,  pudimos visitar la vivienda el pasado febrero, situada en Begur, junto a un grupo de periodistas y arquitectos.

¿Qué tiene de especial esta vivienda? Mucho. Tantas cosas,  que resulta complicado explicarlo sin poder “vivirla”, ya que las fotos (y menos las de mi móvil que ilustran este artículo) no le hacen justicia. Pasear por ella y su entorno hizo entender mucho más el concepto que la envuelve.

El lugar, ya de entrada, tiene unas vistas que invitan a la calma y el reposo. Cómo la villa Stgilat se integra entre el paisaje es una de las mayores virtudes de la vivienda. No en vano, Enric nos explicó que una de las máximas prioridades fue que se fusionase con el paisaje con el mínimo impacto ambiental. Al contrario de las “neomasías”, enormes, que pueblan la zona y que, aunque no lo parezca, son más caras. El lujo de esta casa de Cloud 9 son los espacios, la maravillosa fusión en el bosque y la luz. Esa luz que hace que los reflejos del agua en la cubierta resultaran uno de los momentos más bonitos de la visita.

La villa Stgilat Aiguablava es, en palabras del propio Enric, un “case study” como lo fueron algunas de las obras de los Eames o Neutra. Es decir, un proyecto piloto que puede ser reproducido en otro entorno y lugar siguiendo las directrices principales de tecnología de construcción  avanzada, fabricación digital “Smart”, el concepto “slow”, la unión de lo rural y lo contemporáneo y, sobre todo, la sostenibilidad.

El artesano de la cerámica Toni Cumella, con quien tuve la suerte de poder trabajar en el nunca construido proyecto del Thyssen en Sant Feliu de Guíxols cuando colaboraba con el estudio Bopbaa, ha creado unas piezas maravillosas de la mano de Enric Ruiz-Geli. Una reinvención de la volta catalana por dentro y unas piezas geométricas por fuera que se adaptan al terreno con el mínimo impacto ambiental.

Y, os preguntaréis… ¿Quién vive aquí? Pues una familia suiza enamorada del Mediterráneo con su hijo (un suertudo) que pasan temporadas trabajando. Y es que el lugar invita al relax pero también a un nuevo modo de entender el trabajo. Con una conexión a internet todo es posible y, realmente, seguro que la productividad en un entorno así es enorme. Unos dueños que priorizan el bienestar al lujo y es que, nos insistió Enric, al contrario de lo que pueda parecer, la vivienda era más asequible que las de los alrededores. Y, sin embargo, cualquiera con un mínimo gusto estético y funcional, preferiría mil veces esta. Yo, sin duda, me hubiera quedado allí.

La villa cuenta, además de la vivienda principal y el pabellón para el hijo y sus invitados,  con una construcción experimental diseñado en colaboración con el Art Center College of Design de Pasadena. Su uso es polivalente y se utilizó encofrado hinchable en el que se inyectó un hormigón ligero y ecológico, para poder configurar una forma orgánica con entramado reticular heterogéneo.

La villa Stgilat Aiguablava es un lugar donde el paisaje es un valor añadido, donde prima el I+D+i, que utiliza materiales cálidos, que juega con las sombras y donde la innovación tiene el mismo peso que la tradición local.

Nos encantó esa visita y poder dialogar con su autor, Enric Ruiz-Geli, a quien siempre es un placer escuchar. Su discurso va más allá de la arquitectura y eso hace que los proyectos, explicados por él, alcancen una dimensión especial.

Fotos y Texto: Marta Vélez Arce