Originalmente pensada para ser un lugar de encuentro y descanso, la Casa de Té diseñada por Oscar Niemeyer en la Plaza de los Tres Poderes fue uno de los puntos más concurridos de Brasilia en los años 70 y 80. La construcción semienterrada de 250 m2 cerca del Palacio de Planalto en Brasilia, fue escenario de festividades en la capital. La interferencia política y la falta de inquilinos fueron responsables del final de las reuniones y del consiguiente abandono. En 1994, el espacio se convirtió en un Centro de Atención al Turista (CAT), que estuvo abierto durante seis años pero cerrado por el riesgo de que el techo se derrumbara.

Fue cerrado por 10 años y reabierto de nuevo en 2010 como CAT después de una reforma estructural. Actualmente, la casa atiende a visitantes y turistas que circulan diariamente por la Plaza de los Tres Poderes. La Secretaría de Turismo y la Unesco invitaron recientemente al equipo de arquitectos de BLOCO a hacer la curaduría de CAT, que eligió al arquitecto Samuel Lamas para firmar el mobiliario del espacio. El objetivo era restaurar el proyecto de Oscar Niemeyer, honrando el pasado y decorando el espacio con piezas contemporáneas que conectan con la estética y el espíritu modernista de la capital.

Se revitalizó el mármol blanco del piso y las paredes, se limpiaron los marcos de las ventanas, el techo y los pilares recibieron una nueva capa de pintura con los colores del diseño original. El ambiente incluye un asiento central para que el visitante pueda disfrutar del espacio y los monumentos con un conjunto de sofás y sillón «Sonia», mesa de centro y banco «Ruy» y mesa auxiliar Caroline. La recepción recibió un sofá Deia, un sillón Sandra, una mesa de café Jamile y una mesa auxiliar «Janice». Un espacio reservado para presentar la ciudad a los turistas con mapas y libros ganó una mesa Caroline, sillas «João» y «Carlos shelf».

Con sencillez y razonamiento arquitectónico, los muebles que llevan nombres típicamente brasileños, tienen delicados perfiles metálicos que alcanzan la máxima ligereza sin comprometer la funcionalidad. El uso de la geometría y de las formas puras se explora en los productos: las barras de hierro aparecen como si fueran columnas sueltas en el espacio y atadas entre sí por otros perfiles. Las superficies son de madera y el tapiz de cuero natural en tonos tierra.

Fuente: archdaily