«Sede CAF Región Sur» es el resultado de un concurso nacional de arquitectura promovido por el Banco de Desarrollo de América Latina y patrocinado por el gobierno local de Montevideo en 2012.

Por los términos y condiciones del concurso, se requería un edificio de programa mixto, en el centro histórico de Montevideo – la «Ciudad Vieja» – un sector lleno de historia y fuertes símbolos urbanos, junto al límite con la «Nueva Ciudad Ampliada».

La sede del Banco, un complejo cinematográfico para la «Cinemateca Uruguaya», la reubicación del histórico bar «FunFun», 150 aparcamientos públicos y vestuarios públicos, son las principales áreas del proyecto, y el acondicionamiento y recuperación del entorno urbano inmediato son requisitos clave de toda la propuesta. El mayor reto entonces era lograr la convivencia dentro de un mismo edificio y espacio urbano, con unos requisitos funcionales tan diversos.

En la ubicación detrás del Teatro Solís, había un edificio existente, el Antiguo Mercado Central, que estaba casi abandonado y deteriorado, así como sus espacios públicos cercanos.

La base conceptual sobre la que se generó el proyecto se basa en 6 puntos clave.

Preservar el edificio existente: Entendiendo la renovación de «lo que se construye» como una estrategia sostenible, se conservó la estructura del edificio existente, sintetizando en una propuesta arquitectónica la relación entre permanencia y transformación.

Separar físicamente los diferentes programas arquitectónicos: Reconociendo los diferentes requerimientos espaciales y funcionales, el edificio está concebido en dos áreas separadas. Las oficinas de CAF están ubicadas en la estructura existente, mientras que el complejo de cines y el «FunFun» Bar se encuentran en un volumen de nueva construcción junto a la calle Reconquista. Ambos edificios forman un «Patio Urbano» público interno.

Incorporar espacio público dentro del volumen construido: El vacío se concibe como una articulación entre lo existente y lo nuevo. Una configuración de espacio público que se nutre de las actividades del entorno, proponiendo continuidad en la planta baja. Al mismo tiempo, y dado que se trata de una zona expuesta a fuertes vientos, permite una entrada protegida al edificio.

Para extender la huella construida: La estrategia adoptada en lugar de concentrar los diferentes programas arquitectónicos en un edificio compacto y denso. Así, se consigue una fachada de 96 metros en la calle Ciudadela.

Unificar los programas arquitectónicos previamente separados: Utilizando un único dispositivo arquitectónico, como una «piel velada» que rodea los volúmenes construidos, se obtiene una imagen unitaria, a la vez que se otorga una protección solar y una imagen singular. Esta idea se materializa con una malla de acero inoxidable que envuelve el edificio, matizando la relación con su entorno.

Plataforma continua de espacios públicos y semipúblicos: A nivel de aceras y carreteras se habilita una plataforma pública de actividades que incluye el Complejo de Cine, el Fun Bar y las actividades públicas de CAF, incorporando en su extensión el Teatro Solís y el Barrio de las Artes.

Fuente: archdaily