Con sus cientos de iglesias, Roma ha desarrollado una rica historia de cúpulas. Inspirado por este patrimonio, Jakob Straub ha fotografiado las cúpulas más notables de esta ciudad desde el antiguo Panteón hasta el estadio deportivo moderno de Pier Luigi Nervi. Su perspectiva neutra, tomada mirando hacia arriba desde el centro de la cúpula, abre un nuevo punto de vista para los conceptos que subyacen en la arquitectura. Para Elías Torres, estos espacios iluminados «cenitalmente» constituyen un método importante para la arquitectura del día, donde el exterior también se transforma en una fascinante realidad lejana.

Torres ha analizado numerosas estrategias para la iluminación cenital. En su libro «luz cenital», ilustrado con abundancia de fotos, llegó a la conclusión de que «Entre las representaciones del cielo en la arquitectura interior, la que representa el sol que brilla desde arriba con una forma circular ha sido la favorecida por muchas culturas «.

El Panteón (126 AD) en Roma ha fijado el punto de referencia para los espacios sin ventanas iluminados sólo con luz cenital – separado de la ciudad a su alrededor. El óculo abierto de nueve metros claramente atrae la atención de los visitantes. Durante el transcurso del día el imponente rayo de sol se mueve majestuosamente desde la cúpula a tierra. Originalmente, la cúpula fue decorada con estrellas de oro en las arcas con un fondo azul, pero la desnudez de hoy trae el juego de luces y sombras al primer plano.

Casi dos mil años después, a pesar de que Pier Luigi Nervi y Annibale Vitellozzi crearon una cúpula cerrada con una linterna para su Palazzetto dello Sport (1956-1958), ésta también reconstruye la cúpula del cielo. El círculo central representa el sol y otorga una ligereza flotante a la linterna. La ingeniería constructiva se transforma con elegancia en una cáscara sofisticada de rayos de sol que encierra a todos los espectadores.

La rotonda de San Bernardo alle Terme (1598) parece ser similar a la del Panteón. Sin embargo, esta iglesia no tiene un óculo abierto al cielo; una linterna con ventanas en la parte superior de la cúpula es la única fuente de luz de día para la iglesia. Los nueve anillos de octógonos – que disminuyen en tamaño hacia el óculo – generan una perspectiva espacial fuerte, con su distintivo patrón de luces y sombras.

Por el contrario, la luminosa cúpula en la Casa Madre dei Mutilati (1924-1936) aparece como contrapunto directo al Panteón: El opaco «óculo» se sitúa sobre rombos de vidrio traslúcido que disuelven la cúpula sólida. La rotonda emerge, menos tectónica pero más floral e iluminada, mientras líneas finas en los elementos de vidrio subrayan una estética delicada.

Además, la representación simbólica de la expansión añade una dimensión espiritual a estas cúpulas. La iglesia de San Teodoro en el Palatino (1703-1705) con su color azul pastel crea un vínculo directo con el cielo despejado durante el día. Sin embargo, el azul oscuro de San Gioacchino (1891-1898) actúa como un lienzo para la noche con estrellas doradas brillantes. Aquí, la imagen cenital del sol con rayos de luz perforan el cielo estrellado e inducen una simultaneidad de día y noche.

Fuente: Plataforma Arquitectura