El Edificio de Arquitectura es el bloque central del Campus de la Universidad y la última pieza del Plan Maestro de Ordenamiento Territorial y Espacial que Daniel Bermúdez diseñó para la Universidad de los Andes, cuya primera pieza fue el edificio Alberto Lleras, ganador del premio de Diseño Arquitectónico de la XIII Bienal Colombiana de Arquitectura en 1992. A lo largo del proceso de diseño del Bloque C de la Universidad de Los Andes, Bermúdez Arquitectos ha perseguido el concepto de un «edificio que educa». Hay muchas cosas que un edificio puede enseñar, el problema es que la información normalmente permanece invisible para los estudiantes.
Una de las intenciones de este edificio es ofrecer a los estudiantes algunas lecciones clave sobre los sistemas técnicos que constituyen un edificio. Para hacer visible lo invisible. Después de todo, enseñar (mostrar, señalar) supone que usted debe demostrar y explicar lo que quiere que el estudiante aprenda. La nueva Facultad de Arquitectura está situada en la parte central de la universidad, y desempeña un papel importante en la conexión de las diferentes partes del campus, tanto verticalmente (este-oeste) como horizontalmente (norte-sur). Es un conector de los diferentes niveles del terreno inclinado, y consigue combinar las cualidades espaciales de los espacios abiertos y las conexiones generadas por los edificios tradicionales del campus con la eficiencia y comodidad de las recientes construcciones a gran escala.
El proyecto se basa en cuatro principios, que fueron especificados por el cliente en el programa del edificio: el principio pedagógico, ya que pretende reflejar los elementos esenciales de la arquitectura y el diseño docente; el principio de integración, ya que promueve la interacción entre los alumnos de esta facultad con el resto de la universidad y ofrece espacios específicos que favorecen la construcción comunitaria entre los miembros de la facultad; el principio de flexibilidad, ya que ofrece una variedad de usos y configuraciones de sus espacios educativos mediante elementos móviles y mobiliario que a su vez es adaptable; el principio orgánico, ya que asimila las variables ambientales, los elementos preexistentes del paisaje y los componentes espaciales presentes en la memoria colectiva de la institución.
El patio central, espacio de encuentro representativo del profesorado, es un espacio inédito en el campus. Las aulas polivalentes, situadas a partir de la segunda planta, son espacios pedagógicos especializados en la enseñanza de la arquitectura, que acogen diferentes formas y métodos de enseñanza, gracias a su adaptabilidad. Las áreas de circulación son espacios de estudio e interacción que se pueden unir con las aulas, mediante un sistema de paredes retráctiles.
Las áreas de enseñanza polivalentes están compuestas por seis módulos independientes para el trabajo de un profesor con un grupo de hasta 20 estudiantes. Los módulos centrales se pueden unir para facilitar las clases magistrales con hasta 100 estudiantes de un solo estudio de diseño. El techo es un lugar en el que el alumno puede observar y relacionarse con la ciudad, el campus y los principales elementos ecológicos de su entorno. Es un lugar para relajarse, para comer y beber y donde se desarrollará una parte importante de la vida de facultad .Es un auditorio al aire libre, y un espacio para aprovechar con obras y exposiciones de los alumnos. Un lugar para redescubrir la ciudad, el horizonte y las montañas.
Fuente: archdaily