El centro Kálida es un espacio de apoyo emocional, social y práctico para las personas con cáncer, sus familiares y amigos. Es una casa abierta a todos con profesionales cualificados para ofrecer su ayuda, una casa para conocer a otra gente, una casa donde encontrar un rincón tranquilo o tomar una taza de té.

La parcela está situada entre el nuevo hospital y el hospital modernista original. Es paralela a la nueva vía definida por el plan especial urbanístico y sigue la orientación ortogonal del recinto modernista.

El proyecto incluye un pequeño edificio de 400 m2 y una zona de jardín dentro de la zona verde del proyecto general del recinto. El centro está diseñado a modo de pabellón ajardinado donde los límites entre interior y exterior se desdibujan y varían. Es un edificio que busca el confort del usuario ofreciéndole intimidad, luz, recogimiento y protección adentro del jardín.

El edificio se organiza en dos niveles de 200 m2 (aprox.) cada uno dentro de las alineaciones y edificabilidad definidos en el plan especial urbanístico. El acceso principal se produce a través de la planta jardín (bajo rasante según la cota de referencia) con acceso directo a la zona de oncología del nuevo hospital a través de una zona pavimentada. Esta zona también permite el acceso de vehículos de bomberos en casos de emergencia. El jardín está protegido por una serie de muros, pérgolas y vegetación que permiten desarrollar las diferentes actividades del centro.

La planta inferior es un espacio abierto y flexible pensado como jardín o secuencia de jardines y patios variados donde se encuentra la cocina, el comedor, una pequeña biblioteca y una sala polivalente que permite llevar a cabo diferentes actividades de apoyo para los usuarios. Cada pieza está rodeada de verde. Los límites de los patios, jardines, pérgolas y árboles propuestos, controlan las vistas desde cualquier punto para intentar hacer desaparecer el entorno hospitalario y al mismo tiempo permitir el uso de las zonas exteriores sin sentirse observado desde los edificios altos que rodean la parcela.

La planta superior (planta baja según la cota de referencia) se encuentra al nivel del nuevo paseo definido por el plan urbanístico. En la zona de entrada de la planta inferior se encuentra el vestíbulo; un paseo por el jardín acompaña hasta el patio de entrada. El nivel superior se organiza alrededor del doble espacio central del comedor. El edificio acentúa su transparencia en el lado sur, hacia los edificios modernistas, con un filtro de persianas de madera y celosías cerámicas para mantener la intimidad.

La fachada del edificio es un muro de ladrillo cerámico de color, textura y composición variada combinado con piezas cerámicas de colores y geometrías diferentes que transforman este muro en un elemento más del jardín. El muro se transforma en una celosía cerámica que permite filtrar la luz, controlar las vistas, ventilar y al mismo tiempo seguir preservando la intimidad de las personas del centro. En la fachada sur y hacia el recinto modernista se sitúan las ventanas protegidas también con persianas de madera y elementos cerámicos.

Según la idea fundamental del proyecto, el nuevo edificio crece como nuevas flores de colores en el jardín del hospital original. El proyecto se inspira en la riqueza de los materiales, texturas, colores, geometrías y vegetación del hospital modernista. El diseño interpreta el lenguaje original de la arquitectura de Domènech i Montaner reflejado en el nuevo jardín, en las fachadas y la cubierta.

Fuente: Plataforma Arquitectura

Imágenes: Lluc Miralles para Plataforma Arquitectura